Es el concepto que se aplica a aquellas situaciones clínicas en las cuales está comprometido el retorno venoso, en los que hay un desequilibrio entre los factores que impulsan la sangre hacia el corazón y los que se oponen a ese ascenso. Así, todas la situaciones en las que se puedan frenar los mecanismos positivos o favorecer los negativos, serán capaces de crear situación patológica en la cual el resultado es el estasis venoso (estrechamiento), el cuadro provoca hipertensión venosa progresiva. Este cuadro de hipertensión venosa causa una serie de alteraciones anatómicas, fisicoquímicas, mecánicas, histológicas y hemáticas en los segmentos venosos y en los tejidos de la extremidad que desembocan en la aparición de úlceras venosas como consecuencia final.
Las cifras de prevalencia de IVC son difíciles de establecer sobre todo por la variedad de criterios a la hora de definir el concepto de insuficiencia. Así, se considera que el 40% de la población tiene algún grado de insuficiencia venosa en piernas. El 15% de varones y el 7% de mujeres poseen varices tronculares. El 2,5% de la población española está afectada por úlceras venosas.
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